lunes, 15 de febrero de 2010

Mexicanos Culpables


Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Mentira que Gómez Mont y Jelipillo sean asesinos, puédaseles acusar de ineptos, neoliberales, lejanos a la ciudadanía. Asesinos no son.

 

Que sean responsables de un gobierno infiltrado y coludido hasta el tuétano con los malosos de la película, donde la justicia no existe y las leyes que rigen son las del dinero e los intereses personales es otra cosa.

 

La ciudadanía de Juárez pide a grito pelado la salida del ejército, se les va a la yugular a los mandatarios y ¿a los asesinos?

 

A los asesinos, narcotraficantes y demás malosos les tienen miedo. Miedo que los corrompe y vez de denunciar zapean al señor de Bucareli (bien merecido se lo tenía, pero no es correcto), gritan asesino a Calderón y se van contra las fuerzas armadas que en heroica lucha, se enfrentan a balazos vs los malos mas malos pero las divertidas decisiones de su Comandante Supremo. Como si ellos fueran los verdaderos malos de la película, cuando los verdaderos malos viven tranquilos, ya que saben que la ciudadanía temerosa no los tocara ni con el pétalo de una denuncia.



En el pendejismo mexicano, y perdonen la expresión, pues eso, pendejismo, la gran mayoría de la ciudadanía cree que la democracia es ir a votar y hay dentro de tres o seis años se volverá a ver qué pasa. No entiende la gran mayoría de la población, que la democracia se trata de la participación ciudadana constante, por medio de iniciativas, participación activa, información. Como se dijo en la presentación de Transición, desde barrer la calle hasta ir a votar todo lo que quepa en una idea de presencia ciudadana. Lo que pasa es eso, que no hay presencia ciudadana, en una democracia el 50% de todo lo bueno o malo que se haga es del gobierno en sus tres órdenes, el otro 50% es el de la ciudadanía. En México, falla en ambas partes.



Tanto los gobernantes como los ciudadanos somos culpables de los asesinatos, secuestros, mordidas, etc. Nos volvemos cómplices al no denuncia, pues quien no ha presenciado un robo, un operación de compra venta de droga.



Si no denunciamos, somos tan culpables de que asesinatos, robos y secuestros sigan ocurriendo como los jueces, policías y demás autoridades corruptas que dejan libres a maleantes, o pedófilos como el lobo estepario.

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