lunes, 9 de mayo de 2011

Sicilia erró


En muy laudable lo que el poeta Javier Sicilia ha realizado desde la muerte de su hijo. Enfrentar con tanta entereza la muerte de un ser querido siempre es una labor ardua y difícil, más lo es cuando se trata del propio hijo. Un poeta, además de ser un escritor, es una persona con una sensibilidad extrema para los asuntos cotidianos, que posteriormente los lleva a los versos haciendo poesía. Pero Sicilia se equivocó en el mensaje.

Los malos de este cuento de la seguridad no están en los Pinos, ahí están los tontos, pusilánimes personajes que se equivocaron de estrategia para combatir el crimen organizado, el tráfico de drogas. Los que matan, los que cobran derecho de piso, secuestran e intimidan están en las calles, gozando de la licencia que la sociedad les da para hacer sus fechorías, licencia que ratifica y reafirma Sicilia y su movimiento con su reclamo.

Pedir la cabeza de García Luna (de los mejores productores de teatritos y detenciones, García Luna´s Productions es un buen candidato a un Oscar) no sería lo único y fundamental, habrá que pedir también la renuncia de secretario de Defensa, del de Marina, pero sobre todo, hay que pedir, luchar e iniciar un cambio en la estrategia al combate del crimen organizado.
Acierta Sicilia en que se debe hacer una sociología de las adicciones, otra sociología del crimen organizado que atemoriza a muchos y beneficia a otros (pobladores como políticos), pone el asunto central en la mesa de discusión, dejar de tirar balazos por atender a los adictos.

El fundamental problema del tráfico de drogas es el consumo, hay que atender a los adictos, solución a mediano y largo plazo, en el corto plazo, hay que legalizar las drogas, hay que convertir un mercado ilegal pero legitimo, en legal y legitimo. Para gobernar hay que tener imaginación para resolver los conflictos, el espurio gobierno no lo tiene.

El reclamo de Sicilia para con los gobernantes debe ser el cambio de estrategia en el combate al crimen organizado y para los organizados maloso el ya basta de no más sangre.

Un México en paz y sin crimen es un sueño pusilánime, siempre habrá crímenes, lo que hay que hacer es controlar lo más que se pueda a los criminales, por los medios que la imaginación provea, desde el pacto con ellos (como ha sido desde la épocas griegas y romanas) hasta tenerlos entambados, pero controlados.

Javier Sicilia se equivoco en las peticiones del domingo, puede corregirlas y entonces si generar un cambio, si no lo hace, seguirá extendiendo patente de corso a los narcos.