En un texto anterior en este espacio hable del fondo de los verdaderos fondos, el fondo de botella grueso como los lentes de un débil visual apunto de la ceguera. Analogado el fondo a la anatomía del cuerpo humano, es la columna vertebral de cualquier estado que se presuma como aspirante a ser de primer mundo.
La propuesta que hace el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, tiene que ver todo con el fondo de los fondos, el transfondo de los fondos. ¿Qué rayos tiene que ver la educación con la propuesta realizada por IIJ?
Tiene que ver todo.
Lo que el IIJ propone es la puesta en práctica de formar coaliciones de gobierno en nuestro país. La negociación política entre los partidos para construir, por cuotas de partido, un proyecto compartido de gobierno.
Temeraria suena la propuesta, Aguilar Camín, en su columna de hoy en Milenio Diario, se encarga de resaltar lo aterrador de la propuesta y por que no es una propuesta funcional, viable, aplicable a la vida política de este desmadroso país y sus lacras, corruptos y tracalas gobernantes.
Pero la verdad es una propuesta de primer mundo, digna de una democracia justa y confiable (que en México no existe) donde todos tenga espacio en los gobiernos, nadie tenga mayorias y tampoco minorías, una propuesta de la igualdad y la equidad. Donde se corte y taje parejo.
El secreto para que esta propuesta sea viable, es reitero, reformar y moldear el modelo educativo del país, donde en realidad se formen jóvenes competentes y capaces, críticos y conscientes de los problemas que los afectan. Capaces de ver por el benéfico de los muchos, capaces de comprender y llevar acabo acciones que beneficien al país, pues si a esté le va bien, a ellos también.
Se imaginan que bello sería tener un secretario de Gobernación de Derecha, una de Haciendo de Izquierda y uno de salud de Centro. Sería la pluralidad democrática en su máxima expresión.
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