miércoles, 9 de marzo de 2011

PRInosaurio vs PANdejismo


Un fantasma recorre México: el fantasma del priismo. Contra este fantasma se han conjurado en una santa jauría, todas las potencias de la realpolitik, los chucos y los pitufos de calderolandia, Jelipillo y el Peje, los radicales de izquierda y los polizontes de derecha. ¿Hay un partido de la oposición, a quien el gobierno no califique de PRInosaurio? ¿Hay un solo partido de la oposición, que no lance al rostro de la oposición más regresista, lo mismo que a sus enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de priista?

De este hecho se desprenden dos consecuencias:



La primera, que el priismo ya se halla reconocido como un poder por todas las potencias de la realpolitik.



La segunda, que ya es hora de que los priistas expresen a la luz del día y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo así al paso de esa leyenda del fantasma PRInosaurico, con un manifiesto de su partido. Con este fin se han reunido en el Estado de México los representantes priistas de varios estados, y han redactado el siguiente manifiesto, que aparecerá en la lengua del más viejo régimen opresor:



Los priistas, empezando por el Estado de México, demostraremos que sabemos gobernar, que tenemos un nuevo rostro, que no traemos cash y la hora es la que Dorian Gel Peñanieto diga. Que la dinosureada priista esta gorda, incluye desde los descomunales T-Rex (Manlio, Bellatrix Paredes, El Chupacabras y otros distinguidos personajes) pasando por los sauropodos que vuelan el moreireano chuntaro style, hasta llegar a innumerables velociraptores. Recuperaremos la presidencia, volveremos a los Pinos, bosque en el cual los dinosaurios hacen su nido. Nos llevaremos el carro completo…El Estado de México será la primera demostración de nuestra milenaria fuerza, aun cuando los omnívoros se junten con los carnívoros, saldremos victoriosos.



Posiblemente con lo anterior se hayan revolcado, en donde quiera que estén, los apreciables Marx y Engels. No puede evitar la tentación de hacerlo. Y no lo pude evitar porque los politiquillos que nos (des) gobiernan viene manejando el timing y la estrategia fallida, en cuestión de mandar a lo profundo de las cavernas a los prinosaurios pertenecientes al PRIcambrico temprano, con algo peor que la patas.



Tanto los chucos, los pejes y demás izquierdosos seguidos por los pitufos de pitufilandia (¿o será calderolandia?, dónde con seis mil pesos te alcanza pa' casa, auto y escuela privada) queman en leña ver al PRInosaurio por gobernar con dictatorial régimen, causar múltiples y diversas crisis económicas, reprimir la libertades, ordenar tumultuarias matanzas y otras finas y delicadas bellezas, dejando al país con peores daños que los de un niño del Teletón.



Pero lo cierto es que se manejan, como en la mayoría de las cosas, en la estrategia incorrecta. Chamuscar a los dinosaurios, que ahora bailan al chuntaro style, con las adjetivaciones viejas y conocidas que reviven al Chupacabras con todo y su hora chimenguenchona, en la que se incluyen terapias de arrepentimiento senil, y demás alusiones al régimen de 70 años en el poder, defendidas del peso como perros (en las que el que fue mordido fue el peso), entre otras, son francamente inútiles.



Es la estrategia errada. Los votos duros de los partidos se concentran principalmente en votantes mayores 40 años, a ellos difícilmente se le moverá de opinión. Ese espectro de los votantes conforman el 46.79% del electorado. La mayoría del padrón electoral está conformado por jóvenes, adultos entre los 18 y los 40 años, que si bien los mayores iniciaron con alguna tendencia partidaria en sus inicios, dicha tendencia fue en declive hasta volverse apartidista. Muchos conservan alguna simpatía con algún partido o con alguna figura de un partido, pero no tienen un arraigo ideológico con él, pueden cambiar fácilmente de opinión.



Dentro de este 53.21% de la población se concentra la mayoría del más del 20% de indecisos. Una parte de estos votantes al debelarse los candidatos dan su apoyo a alguno de ellos porque les cae bien, esta guapo, o posiblemente (si no es que remotamente) lo consideran un buen gobernante. A este grupo del electorado no se la va a convencer con las viejas frases del PRIdinosaurio ni cosas por el estilo. Y no se le convence porque a muchos de ellos a penas y tenían conciencia, o no la tenían, de sí mismos, de la vida política o de la existencia de los partidos políticos, del PRI y de sus prácticas. Esas adjetivaciones para ellos no representan nada, son palabras vacías (si es que se puede más de lo que ya son en realidad). No tienen una significación porque no lo vivieron y además se les muestra lejano, en un pasado del siglo pasado.



Toman estos calificativos como Obama tomo la queja de Calderón sobre el simpatiquísimo Carlos Pascual, embajador de nuestros amables vecinos del norte, que, (un)politly, tacha de grises a los aspirante panistas a la Presidencia, vilependia a nuestras cuerpos de seguridad (como la habrá pasado cuando se entero del operativo fast and furious) y además se da (o le dan) el lujo del derecho de picaporte en los Pinos y las secretarias que componen el gabinete de seguridad. A Obama le entro por un oído el reclamo y le salió por el otro, Pascual goza de su confianza como la realpolitik posee nuestro entero sospechosismo.



Así como en el calderón se deben de cambiar algunos ingredientes y mover la pócima hacia la izquierda para que le quiten a su bffe, Carlos Pacual; los chucos y los pitufos deben cambiar de argumentos si en verdad quieren mantener el poder unos, y ganarlos, otros.



Hasta entonces, a seguir bailando al chuntaro sytle.

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