Muy infortunadas las declaraciones del Cordero de Calderón. Decir que hay familias "muy luchadoras" con seis mil pesos mensuales envían a sus hijos a escuela privadas, pagan créditos de casa y coche.
Tampoco se entiende que es lo que quiere decir con: porque los mexicanos somos más exigentes respecto a lo que nos gustaría y eso hace que siempre tengamos una percepción negativa, refiriéndose a la percepción del crecimiento de 5.5% del PIB.
Acaso quiere decir, que por exigirles a los (in) funcionarios que hagan su trabajo, los mexicanos tendemos a ser pesimista y no podemos exigir los resultados que un presupuesto de 3.2 billones de pesos y el mencionado crecimiento del PIB deben traer a nuestros bolsillos.
Hagamos los cálculos de la familia que vive (que no sobrevive) con los seis mil pesos. Suponiendo que sea una familia compuesta por mamá, papá y un hijo. Sospechando que ambos aporten el 50% del gasto familiar, ganaría cada uno tres mil pesos mensuales. Como mínimo, los dos trabajan por lo menos ocho horas diarias (si claro, como no), y trabajasen durante 6 días a la semana, ganaría cada uno $125 al día (casi dos salarios mínimos). Pongamos que la colegiatura del hijo es de mil pesos mensuales, gastan en alimentación dos mil pesos (al mes), pagan de crédito de la casa mil doscientos pesos mensuales y del financiamiento del carro unos mil quinientos pesos, que da un total de cinco mil setecientos pesos. Considerando que se tiene otros gastos como telefonía (fija o celular, prejuzgo que la celular predominara), la gasolina del automóvil y gastos que se generen de la educación del chipayate; los gastos de la familia que dice Cordero vive con seis mil pesos mensuales tiene por ende que ocupar tarjetas de creidito para cubrir los gastos que superan su presupuesto, crédito, que por no tener restantes ningún mes, irá inflando deuda. Y eso que me fui a los mínimos de los créditos de automóvil y casa y considere una colegiatura muy baja.
Creo que por eso los mexicanos, que nos dicen exigentes, no sentimos todavía la recuperación económica en nuestros bolsillos.
San Serafín del monte San Serafín Cordero, yo como buen cristiano, me hare deudor.
Tampoco se entiende que es lo que quiere decir con: porque los mexicanos somos más exigentes respecto a lo que nos gustaría y eso hace que siempre tengamos una percepción negativa, refiriéndose a la percepción del crecimiento de 5.5% del PIB.
Acaso quiere decir, que por exigirles a los (in) funcionarios que hagan su trabajo, los mexicanos tendemos a ser pesimista y no podemos exigir los resultados que un presupuesto de 3.2 billones de pesos y el mencionado crecimiento del PIB deben traer a nuestros bolsillos.
Hagamos los cálculos de la familia que vive (que no sobrevive) con los seis mil pesos. Suponiendo que sea una familia compuesta por mamá, papá y un hijo. Sospechando que ambos aporten el 50% del gasto familiar, ganaría cada uno tres mil pesos mensuales. Como mínimo, los dos trabajan por lo menos ocho horas diarias (si claro, como no), y trabajasen durante 6 días a la semana, ganaría cada uno $125 al día (casi dos salarios mínimos). Pongamos que la colegiatura del hijo es de mil pesos mensuales, gastan en alimentación dos mil pesos (al mes), pagan de crédito de la casa mil doscientos pesos mensuales y del financiamiento del carro unos mil quinientos pesos, que da un total de cinco mil setecientos pesos. Considerando que se tiene otros gastos como telefonía (fija o celular, prejuzgo que la celular predominara), la gasolina del automóvil y gastos que se generen de la educación del chipayate; los gastos de la familia que dice Cordero vive con seis mil pesos mensuales tiene por ende que ocupar tarjetas de creidito para cubrir los gastos que superan su presupuesto, crédito, que por no tener restantes ningún mes, irá inflando deuda. Y eso que me fui a los mínimos de los créditos de automóvil y casa y considere una colegiatura muy baja.
Creo que por eso los mexicanos, que nos dicen exigentes, no sentimos todavía la recuperación económica en nuestros bolsillos.
San Serafín del monte San Serafín Cordero, yo como buen cristiano, me hare deudor.
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