jueves, 20 de enero de 2011

¿A que hemos llegado?

Alguna chica en el pasillo exclama:

"No lo ubico físicamente pero lo sigo en Twitter."

¿A que hemos llegado?

Después de un larguísimo impase, en que por varias lunas no he compartido con ustedes mis irreverencias, vuelvo.

Vuelvo, como dice Benedetti, con mi mejor y mi peor historia, conozco este camino de memoria, pero igual me sorprendo. Y me sorprendo de que todavía se puede ser más catastrofista de lo que algunos ya son, de que la violencia siga aumentando (irónicamente, claro está) y de que la ineptitud de nuestros (des)gobernantes sea mayor de lo que era.

Ya bien lo decía Einstein: hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro. Como él no lo estaba, yo tampoco lo estoy. Pero bueno los Chicagoboys y ahora los anexados del ITAM están haciendo sus mayores esfuerzos para aumentar la competitividad del país, que en una traducción al español común, significa chingarse lo mas que se pueda al trabajador y recular siempre que convenga, porque con dinero baila el perro. Recular como en el caso del SME en la política de te jodo, te desprestigio y después te doy la lana, porque el que parte y comparte se lleva la mejor parte. Al parecer los lindos pitufos están entendiendo el secreto de porque el PRI duro 54 años en el poder y solo en sus últimos veinte atropellando las libertades, la economía y todo lo que estuviera a su paso.

Pero bueno, ya en el timing, de esto que para nada es política ficción, tenemos a Jelipillo que, vivillo desde chiquillo, declara tan rotundamente que él jamás ha ocupado el término guerra contra el narcotráfico, sino lucha, y que no diga nadie lo contrario porque si no cunde el sospechosísimo de que más de 30 mil muertos (y contando) no son solo narcos acribilladlos, sino una considerable cifra de daños colaterales. Pero una cosa si es cierta, hay que decir no más violencia, pero no se puede señalar al gobierno como el culpable mayor. Los hijos de putas son los narcos y ellos son los principales responsables de este desmadre. LOS HIJOS DE PUTA, SON LOS HIJOS DE PUTA.

Hay que poner las cosas claras. La obligación del gobierno es brindarnos seguridad y los narcos representan un peligro para ella, la obligación del gobierno es defendernos, que lo haga de manera errada o que no haya tenido idea de la magnitud del problema es otra cosa, pero su obligación es combatir a os malos y los malos son los narcos. Yo que he sido contrario a las proposiciones de Héctor Aguilar Camín, en esto coincido con él.

Y claro, como la cereza del pastel, a diez años del escape del Chapo por la ruta de la lavandería, la cosa se pone peor y el su cartel se pinta mas fuerte cada vez. La prensa internacional ha calificado a la La Familia Michoacana como una especie de Robín Hood región 4, pero es más estilo El Padrino, y quien lo dude, vaya a las tierras de la Tuta a confirmarlo.

Y como aquí las cosas siempre andan como agua para chocolate, el divertido performance del chunatro estile moreiriano que sin serlo Presidente de los dinosaurios del PRIcambrico temprano (creo que ahora seria ya mejor cambiar el término a tardío) ya puso a todos los (dis)funcionarios patas arriba y garras al aire con cálidos comentarios como que lo único que ha hecho crecer el PAN son las filas del desempleo.

Así se ve el cierre de la tercera semana de Enero donde solo se compruebe de que siempre se puede caer más bajo.

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