jueves, 8 de abril de 2010

Scherer, Cuando el Diablo Toca la Puerta

Sobre rigurosidad periodística no se puede criticar a Julio Scherer, maestro de toda la generación de periodistas que hoy se ponen y se santifican como los sabedores y difundidores de la verdad, en circunstancias de es fácil conseguir la información. Maestro no solo de forma de trasmisión, sin Scherer no podría comprender el periodismo como es hoy en día.

Si recordamos aquel gris México de las dictaduras priistas, donde la información publicada era solo la validada por el Estado, Scherer conseguía la verdad, indagaba, buscaba y publicaba lo que realmente paso, lo que realmente se dijo, publicaba la verdad. Le costó mucho publicar la verdad, le costó la dirección de Excélsior. Criticarlo por no haber preguntado todo lo que se le tiene que preguntar a un Capo como El Mayo es una infamia. López Doriga, Gómez Leyva, incluso el mismo Marín, por mencionar a los más famosos, no podrían estar en donde están, no podrían conseguir las entrevistas con Secretarios de Estado con el mismo Presidente, sin el trabajo de Scherer. Maestro directo de Marín, Scherer abrió en México las puertas de la información.

Sabedor de su oficio, conocía los riesgos de ir a la guarida del capo, se arriesgo y fue, platico con él. Pero una cosa es arriesgar el pellejo por platicar con una de las figuras más buscadas de toda América del Norte y otra, ser suicida y atacar para nockear a un de las más grandes capos del país. Yo quisiera ver como haría la entrevista Joaquín López Doriga o Ciro Gómez Leyva. ¿Se atreverían a preguntarle sobre los muertos que causa el narco? ¿Le preguntarían como y a quienes compro dentro de los diferentes gobiernos?

La verdad no lo creo. Scherer hizo, no lo que pudo, si no lo que creyó pertinente, seguramente fue tejiendo una madeja para ir aflojando al capo, a pesar de ser listo, Zambada no es más listo que Scherer. Sospecho de posibles encuentros, no solo con él, sino con el capo de tuti lo capo, con El Chapo. Marín lo dijo, Julio Scherer sabe que para obtener una entrevista se necesitan varios encuentros. Yo sospecho que el publicado en Proceso fue el primero de varios.

¿Cuando sean los siguientes? Eso Zambada y en su Caso Guzmán lo decidirán. Scherer, si se lo vuelven a pedir, volverá a ir al infierno.

Lo importante fue lo que se dijo, lo que se platico, porque a pesar de que parezca irrelevante, el relato del maestro Julio Scherer, da cuenta de la impresión que tuvo del capo. Lo expuso, como él lo vio y como Zambada se le presento. Si miente, que es posible, es algo que de darse futuros encuentros se sabrá.

 

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